La pandemia de COVID-19 y los confinamientos asociados han estimulado cambios fundamentales en la forma en que vivimos y trabajamos. También han expuesto algunas debilidades en las arquitecturas de TI más amplias que nos apoyan en nuestra vida cotidiana.
Algunos de los cambios, incluido el trabajo remoto, una mayor colaboración virtual, una mayor transmisión de video, un aumento continuo de los juegos en línea y una mayor necesidad de seguridad de los datos, probablemente perduren cuando pase la pandemia. Mientras tanto, el cambio de infraestructura hacia la informática de borde inteligente se acelerará ampliamente.
Una de las aplicaciones creadas en respuesta a COVID-19 es la identificación de máscara y distanciamiento social en tiempo real. Una medida efectiva de prevención es usar una máscara en lugares concurridos mientras se mantiene la distancia física. Para ayudar a aplicar estas medidas y generar datos sobre hábitos, los gobiernos y otras organizaciones exploraron e implementaron métodos de detección automatizados en tiempo real. Consulta el trabajo de Lenovo con UNC Chapel Hill, por ejemplo. La alta velocidad de transmisión de datos y la baja latencia que permite la informática de borde admite la gestión de imágenes y video en tiempo real con un aprendizaje profundo y otras tecnologías inteligentes para respaldar las precauciones de salud pública.
COVID-19 también cambió nuestra forma de trabajar, haciendo del trabajo remoto o del trabajo desde casa “la nueva normalidad”, lo que hemos llamado la revolución remota. Muchas empresas ya declararon que no volverán a las viejas formas de trabajo incluso cuando haya pasado el peligro de pandemia. Las políticas BYOD (trae tu propio dispositivo) pueden ayudar a reducir la necesidad de gastar en dispositivos de hardware en toda la empresa. Esto permite a los empleados utilizar sus dispositivos personales desde casa, y eso, combinado con la informática de borde y la infraestructura de escritorio virtual (VDI), hace que las operaciones de trabajo sean menos costosas y más flexibles. Tal vez lo que es aún más importante, nuestra cultura ha cambiado, y este cambio se ha catalizado aún más por la pandemia en curso que cambia las expectativas tanto para los empleadores como para los empleados.
Más allá de los dos casos de uso anteriores, también vemos nuevas tendencias en compras, juegos y entretenimiento en línea, que se están convirtiendo en el nuevo estándar de oro para el consumo, impulsado en parte por políticas de confinamiento. Estas nuevas formas de consumir multimedia suponen nuevos retos para la infraestructura de TI tradicional. Dado que cada vez más las cargas de trabajo de los clientes requieren una respuesta rápida e interbloqueos, la informática de borde es la forma más eficaz de abordar nuevos retos, como la reducción del tiempo de respuesta, la mejora de las experiencias de los clientes y la reducción de los requisitos de ancho de banda de borde a nube para ayudar a optimizar OPEX y CPEX desde el punto de vista de la infraestructura de red.
La informática de borde también está ayudando a transformar las ciudades inteligentes, que también pueden ayudar a proporcionar una respuesta más rápida a una crisis de emergencia pública como COVID-19 al llevar la informática, el almacenamiento y las tecnologías de inteligencia artificial/aprendizaje automático al lugar donde se generan los datos: por ejemplo, atención sanitaria de emergencia pública, seguridad pública, transporte público, educación remota, etc.
Dejando la pandemia de COVID atrás, los líderes están optimizando sus negocios con la ayuda de la informática de borde. Debido a sus ventajas, la informática de borde se está convirtiendo rápidamente en un foco de atención no sólo para casos de uso de emergencia como COVID-19, sino también para la evolución inteligente de la industria.
