Como origen de la vida y proveedor del oxígeno que respiramos, el océano nos ha dado tanto sin pedir nada a cambio, por eso sentí la necesidad de devolverle desde muy joven.
Nuestro planeta Tierra está compuesto por más de 70% de agua. Sin embargo, nuestra sociedad nos ha llevado a vivir en una pequeña burbuja de trabajo, metas, ambiciones, familia y amigos, que olvidamos que compartimos esta gran casa junto a muchos seres vivos con los que debemos aprender a convivir. El océano, ese gran desconocido del que todavía no sabemos mucho, produce el 50% del oxígeno de la Tierra y alberga la mayor biodiversidad. Nuestra supervivencia como humanos depende de la supervivencia de los océanos. Por ello, y debido a mi amor infinito por el mar, decidí dedicar mi vida personal y profesional a protegerlo.
Sumergirse de cabeza en una nueva carrera profesional
El mejor regalo que nos podemos hacer es dedicar nuestra vida a lo que nos apasiona, sea lo que sea. Cuando hacemos lo que amamos, logramos tremendos resultados que dejan atrás un mundo mejor que el que encontramos.
Pasé años estudiando temas en los que nunca me invertí por completo, todo para “hacer lo que se suponía que debía hacer” para ganarme la vida. Entonces decidí dejarlo todo y viajar a Canarias para estudiar Ciencias del Marinas, una disciplina maravillosa que se centra en los aspectos físicos, químicos y biológicos del mar. Como complemento a mis estudios, hice una prioridad experimentar la vida en el océano. Obtuve varias certificaciones de buceo hasta que me convertí en instructora, para poder introducir a otros uno de los mayores regalos de la vida: el mundo submarino.
Dando voz a una especie muy temida
Entre todas las maravillosas criaturas que llaman hogar al océano, los tiburones los que me llamaron la atención.
La primera vez que nadé con un tiburón, todas mis ideas preconcebidas se hicieron añicos. Lo que pensé que sería un monstruo intimidante y estresante era, en realidad, una criatura inofensiva de belleza. Nunca olvidaré la mirada inocente que me dio y la gran sensación de paz que sentí al contemplar la creación perfecta de la naturaleza.
Fue en ese momento que decidí ser la voz de los tiburones. Traté de descubrir su verdad al mundo enfatizando su inocencia y el papel fundamental que desempeñan en los ecosistemas marinos.
Los tiburones no solo son seres fascinantes, sino que también son extremadamente importantes desde una perspectiva ecológica. Como depredadores ápice, están en la parte superior de la cadena alimentaria, lo que significa que regulan las poblaciones de otras especies mientras mantienen el equilibrio en el ecosistema. Sin ellos, ese equilibrio se rompe y la salud de nuestros océanos (además de nuestro bienestar personal) se ve gravemente afectada.
No es la típica oficina
Es difícil describir mi rutina diaria como bióloga marina ya que cada día es diferente. Pero si una cosa es segura, es que puedo llamar al océano mi oficina, ¡y es espaciosa! Sí, es una oficina muy grande y diversa que abarca desde las cálidas aguas mexicanas hasta las heladas mareas del Océano Antártico.
Investigaciones recientes relacionadas con tiburones me han obligado a pasar muchos días en el mar en áreas remotas. Esto puede implicar acampar en islas desiertas y hostiles, marcar tiburones para seguir sus migraciones y tomar muestras de sus tejidos para analizar sus contaminantes.
También considero que la divulgación es una parte muy importante de mi trabajo. Si bien la ciencia puede permitir cambios en las leyes que regulan y protegen los océanos, es necesario que todos entiendan la importancia de la conservación marina para lograr un cambio global. Por eso, uno de mis principales objetivos es traducir ese mensaje a todo tipo de público y acercar a las personas al océano para que puedan comprenderlo, amarlo y protegerlo.
Dedicando mi vida a hacer olas
Disfruto participar en conferencias y preparar talleres donde quiera que vaya, ya sea en escuelas, universidades, barcos de buceo, etc. También participo en documentales y cualquier medio que ayude a difundir el mensaje del océano. Si puedes, te recomiendo participar en expediciones de buceo. No solo te permiten divertirte, sino que también obtendrás conocimiento de las cosas que ves y su importancia para el ecosistema marino. Me considero afortunada de vivir en una época en la que los avances tecnológicos han derribado la mayoría de las barreras para el aprendizaje. La tecnología actual no conoce fronteras y permite que la información llegue a casi cualquier persona. Una tecnología más inteligente y confiable que está ayudando a acelerar y facilitar el cambio hacia un mundo mejor. Gracias al apoyo de Lenovo, estoy cada día más cerca de lograr mi misión.
Únete a mi viaje de #LenovoInnovators a través de Instagram @gadormunta para mantenerte informado sobre cómo proteger los ecosistemas de nuestros océanos y obtener una visión íntima de nuestras hermosas poblaciones de tiburones.