Hace unos años, como veterinario recién graduado, me embarqué al destino que ha sido mi sueño desde siempre: la sabana africana. Tuve la increíble oportunidad de unirme a la ONG local Game Rangers International (GRI) y establecer un proyecto veterinario de vida silvestre para apoyar a los Servicios Veterinarios del Departamento de Parques Nacionales y Vida Silvestre (DNPW). Para cada joven veterinario recién graduado, su primer trabajo es el momento en que las cosas finalmente se hacen realidad. Consigues aplicar y utilizar todo el conocimiento que desarrollaste en los 7 años de estudio. A menudo se aleja de lo que te imaginas al principio, y cada enfoque tendrá que hacer su ajuste específico. Pero en mi experiencia, trabajar en la conservación de la vida silvestre te hace enfrentar a una dura realidad.
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Mi proyecto veterinario formaba parte de una ONG centrada en el Parque Nacional Kafue en Zambia. Uno de los parques más grandes de África (el tamaño de Gales o Massachusetts), es el hogar de una impresionante vida silvestre y de aves. Game Rangers International (GRI) ayudaría a DNPW con diferentes proyectos: Extensión comunitaria, bienestar animal, investigación, lucha contra la caza furtiva y servicios de inteligencia. Mi tiempo allí me permitió entender y aprender cómo se libra esta batalla interminable.
“Mi tiempo allí me permitió entender y aprender cómo se libra esta batalla interminable”.
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La tecnología puede ser utilizada para luchar contra la caza furtiva en todos los niveles, desde el campo hasta el consumidor. Mediante el análisis de ADN, podemos rastrear fácilmente los orígenes de una parte de animales cazados furtivamente y luego trasladar recursos a esas regiones para respaldar más patrullas contra la caza furtiva. Por ejemplo, puede ayudar a la aplicación de la ley llevando a cazadores furtivos o traficantes a los tribunales e identificando una especie en peligro de extinción de tamaño de carne de animales silvestres. Ser capaz de capturarlos incluso después de que las mercancías están fuera de sus manos podría ser un fuerte disuasivo.
Las unidades de lucha contra la caza furtiva también dependen de diferentes herramientas para estudiar los parques o vigilar las poblaciones de animales. Una de ellas son las trampas con cámaras, potenciadas por sensores de calor infrarrojos, sensibles a la luz y de movimiento por microondas. Gracias a la inteligencia y la conectividad, las trampas con cámaras pueden revelar los puntos de conexión y las rutas de los cazadores furtivos en las áreas protegidas. Además, se han desarrollado tecnologías y herramientas de inteligencia artificial para ayudar a analizar los datos recopilados con esas herramientas para apoyar el trabajo de los guardabosques y los investigadores. Por ejemplo, la India creó una base de datos de imágenes de tigres que se ha utilizado para identificar pieles procedentes del comercio ilegal de vida silvestre.
Los Rangers también dependen de otras herramientas de vigilancia como los drones. Siendo más baratos y más fáciles de usar, ahora desempeñan un papel esencial para que las ONG conservacionistas y los gobiernos detengan a los cazadores furtivos. Permiten a los equipos de patrulla llegar a regiones remotas.
Combinadas con cercas de alta tecnología alrededor de ciertas reservas, en Kenia estas tecnologías apuntan a detener hasta el 90 por ciento de la caza furtiva dentro de esas reservas.
Los collares de GPS son también una gran manera de recoger datos y de supervisar a individuos. La ubicación casi en tiempo real también registrará cualquier actividad anormal (aumentar la velocidad o detenerse) y las compartirá con el equipo local. Algunos proyectos también utilizan microchips GPS para las partes deseables, como cuernos de rinoceronte o colmillos de elefante. Entonces, sería más fácil y más rápido reaccionar a cualquier cambio en la ubicación o movimiento del animal. El software de inteligencia artificial también puede detectar automáticamente la presencia de un cazador furtivo a través de la respuesta de individuos monitoreados. Sin embargo, los cazadores furtivos y los traficantes siempre serán un paso más allá y la ciberseguridad es ahora esencial para proteger los datos de las marcas de conservación adheridas a los animales protegidos.
“Todas esas herramientas respaldan el trabajo diario de los guardaparques y los servicios de inteligencia. Sin embargo, la tecnología también puede utilizarse para apoyar esfuerzos paralelos de conservación”.
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Durante mi estancia en Zambia, una de las lecciones más grandes que aprendí fue cómo el empoderamiento de la comunidad era esencial para alcanzar nuestras metas. A través de programas de extensión comunitaria, todas las personas involucradas en conflictos humanos-animales podrían beneficiarse de la tecnología, como el uso de tablets y/o laptops Lenovo para compartir información.
Para mí, una de las cosas más eficientes que cualquiera puede hacer es usar las redes sociales. Al viajar y fotografiar especies en peligro de extinción, es muy importante que nunca compartas la ubicación de tus fotografías, ya que se sabe que los cazadores furtivos también rastrean rinocerontes o elefantes a través de plataformas sociales específicas.
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